Infierno

Nunca llegaron a saber la causa de aquel industrial multimillonario, dueño de unos importantes laboratorios farmacéuticos, como tampoco lograron averiguar qué hacía aquella joven cubierta de sangre en medio de la cama…

        Sin embargo a 1 km. de distancia, entre una tupida vegetación, se hallaba la respuesta, Gin estaba junto a un montículo de tierra recordando los buenos momentos que pasó con su amigo Jan en los últimos 40 años. Aquella  pareja de amantes desafiaba todo lo políticamente correcto. Tal vez fue por ello que al ser sorprendidos, retozando como dos amantes salvajes, con todo el amor y la pasión que dos seres vivos puedan darse; se les echase con cajas destempladas a una muerte segura. Claro está que nunca se cuenta con el factor X, dejando un Gin suelto y totalmente enfebrecido de amor.

        Sus agallas fueron suficientes para retrasar a su amante de una muerte segura en aquella autopista fría. Un último esfuerzo mandibular  hasta darle el último adiós en un lugar seguro. De ahí a planear la muerte de sus amos desagradecidos, fue todo uno. Tan sólo unas lentes digitales y chismosas grabaron a los amantes por última vez. En estos momentos aúlla por su amor eterno.

Jimul